viernes, 23 de agosto de 2024

Evangelio según San Mateo: Mt.22, 2-14

Resultado de imagen para Salmo 88,
Salmo 11, 2. En el salmo respondemos: Señor, mi Dios y mi salvador, oye mi plegaria!
   ¡Señor, mi Dios y mi salvador,
   los malvados tienden su arco
   y ajustan sus flechas a la cuerda. R

Epístola
2º Cor 1, 21 – 2, 4
Lectura de la carta apóstol Pablo a los cristianos de Corinto:
"21. Y Dios es el que nos da fuerza, a nosotros y a ustedes, para Cristo; él nos ha ungido 22. y nos ha marcado con su propio sello al depositar en nosotros los primeros dones del Espíritu. 23. Dios sabe, y se lo juro por mi propia viada, que sólo la misericordia hacia ustedes me inspiró no volver a Corinto. 24. No pretendo controlar autoritariamente su fe, sino darles motivos de alegría, y hablando de fe, ustedes se mantienen firmes."
"1. Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, y el hermano Timoteo saludan a la Iglesia de Dios que está en Corinto, y a los santos que viven en toda Acaya. 2. Reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús, el Señor. 3. Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, Padre lleno de ternura, Dios del que viene todo consuelo. 4. El nos conforta en toda prueba, para que también nosotros seamos capaces de confortar a los que están en cualquier dificultad, mediante el mismo consuelo que recibimos de Dios."
2º Carta a los Corintios, 1 - Bíblia Católica Online
Continuamos con el Salmo 88, 2-3. Respondemos: Señor, mi Dios y mi salvador, oye mi plegaria!

¡Señor, mi Dios y mi salvador,
día y noche estoy clamando ante ti:
¡Señor, mi Dios y mi salvador! R

Que mi plegaria llegue a tu presencia;
inclina tu oído a mi clamor!
¡Señor, mi Dios y mi salvador! R


Hermanos: que Jesús sea Bendito y Alabado.

EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO: 
Mateo 22, 2-14
Resultado de imagen para El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo.
2 "El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo".
3 Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir.
4 De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas".
5 Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; 6 y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.
7 Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad.
8 Luego dijo a sus servidores: "El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él.
9 Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren".
10 Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
11 Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta.
12 "Amigo, dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?". El otro permaneció en silencio.
13 Entonces el rey dijo a los guardias: "Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes".
14 Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos".
PALABRA DE DIOS


Oración de los fieles

A cada petición contestaremos: “Queremos habitar en tu casa, Señor”.
  1. Por la Iglesia, enviada por Cristo a invitar a todos a entrar en la sala del banquete; para que sepa hacer atrayente su llamada, roguemos al Señor.
  2. Por los que rechazan la invitación a participar en el banquete del reino de Dios; para que descubran en Él el gozo de la salvación, roguemos al Señor.
  3. Por los que se sienten marginados de la sociedad y por los que recelan sentarse a la mesa con ellos; para que sepan abrirse unos a otros y celebren en el banquete de la reconciliación con Dios, roguemos al Señor.
  4. Por cada uno de nosotros, que nos sentamos a la mesa de la Eucaristía; para que no incurramos en la contradicción de rehusar la invitación del Señor, como los invitados de la parábola, a participar en el banquete fraternal del reino de Dios, roguemos al Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario