viernes, 18 de octubre de 2024

Evangelio según San Lucas. Lc. 8, 27-39

SALMO. RESPONDEMOS: Por tu gran compasión, vuélvete hacia mí.

Mi oración se dirige a ti,

Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad
que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia. R.-

 LECTURA DEL APOSTOL PABLO A LOS GÁLATAS

Gal.6, 11-18

Mirad con qué letras tan grandes os escribo de mi propio puño. Los que quieren ser bien vistos en lo humano, ésos os fuerzan a circuncidaros, con el único fin de evitar la persecución por la cruz de    Cristo. Pues ni siquiera esos mismos que se circuncidan cumplen la ley; sólo desean veros circuncidados para gloriarse en vuestra carne. En cuanto a mí ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro ¡Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo! Porque nada cuenta ni la circuncisión, ni la incircuncisión, sino la creación nueva. Y para todos los que se sometan a esta regla, paz y misericordia, lo mismo que para el Israel de Dios. En adelante nadie me moleste, pues llevo sobre mi cuerpo las señales de Jesús.

Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

Continuamos con el SALMO - Respondemos: Por tu gran compasión, vuélvete hacia mí.

Yo soy un pobre malherido;

Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.-

Miradlo, los humildes, y alegraos,

buscad al Señor, y vivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R.-

HERMANOS QUE JESUS SEA BENDITO Y ALABADO

 Las matemáticas dejan en ridículo el código secreto de la Biblia (I)

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo:  Lucas 8, 27-39

27 Al saltar a tierra, vino de la ciudad a su encuentro un hombre, poseído por los demonios, y que hacía mucho tiempo que no llevaba vestido, ni moraba en una casa, sino en los sepulcros. 28 Al ver a Jesús, cayó ante él, gritando con gran voz: "¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te suplico que no me atormentes." 29 Es que él había mandado al espíritu inmundo que saliera de aquel hombre; pues en muchas ocasiones se apoderaba de él; le sujetaban con cadenas y grillos para custodiarle, pero rompiendo las ligaduras era empujado por el demonio al desierto.30 Jesús le preguntó: "¿Cuál es tu nombre? "El contestó: "Legión"; porque habían entrado en él muchos demonios.31 Y le suplicaban que no les mandara irse al abismo.32 Había allí una gran piara de puercos que pacían en el monte; y le suplicaron que les permitiera entrar en ellos; y se lo permitió.33 Salieron los demonios de aquel hombre y entraron en los puercos; y la piara se arrojó al lago de lo alto del precipicio, y se ahogó.34 Viendo los porqueros lo que había pasado, huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas.35 Salieron, pues, a ver lo que había ocurrido y, llegando donde Jesús, encontraron al hombre del que habían salido los demonios, sentado, vestido y en su sano juicio, a los pies de Jesús; y se llenaron de temor.36 Los que lo habían visto, les contaron cómo había sido salvado el endemoniado.37 Entonces toda la gente del país de los gerasenos le rogaron que se alejara de ellos, porque estaban poseídos de gran temor. El, subiendo a la barca, regresó.38 El hombre de quien habían salido los demonios, le pedía estar con él; pero le despidió, diciendo:39 "Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo." Y fue por toda la ciudad proclamando todo lo que Jesús había hecho con él.

PALABRA DE DIOS

Oraciones de los fieles.

A cada petición contestaremos: "Concédelo Señor”

         I.    Por el Papa, obispos y sacerdotes para que el Señor siempre les asista y se dejen aconsejar por Él. OREMOS

       II.  Por los enfermos de cuerpo y alma, para que nunca les falte nuestro apoyo y amor fraterno. OREMOS

       III.   Por los que viven de espaldas a la Iglesia, por los que se alejaron, por los que dudan en su fe, para que Cristo les abra los ojos y puedan ver con claridad el camino que lleva a la Casa del Padre.OREMOS

        IV.    Por todos los que luchan por la paz, para que se den cuenta que la paz sólo se consigue viviendo en el amor.OREMOS

       V.      Por nosotros mismos, aquí reunidos en torno al Sacramento de Altar, para que el Señor Jesús nos conceda crecer en nuestra fe y caridad.OREMOS


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