viernes, 1 de marzo de 2024

Tercer Domingo de la Santa Cuaresma

Troparion: “Salva, Oh Señor, a tu pueblo y bendice su heredad, dando a nuestros reyes y gobernantes victoria contra los enemigos y guardando al mundo por medio de tu Cruz”

Kondakion:

La espada de fuego no guardará más la puerta del Edén, porque el madero de la Cruz la apagó de una manera asombrosa.  Fue rota la espina de la muerte y desapareció la victoria del infierno.  Y pasaste, Oh Salvador mío,  clamando a los que allí moraban diciendo: Vuelvan a entrar en el paraíso.


En el salmo respondemos todos:
El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R.

El perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R.

Epístola:  
Hebreos 4, 14 -  5,6

Y ya que tenemos en Jesús el Hijo de Dios, un Sumo Sacerdote    insigne que penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe.  Porque no tenemos un  sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, al contrario, él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a excepción del pecado.  Vayamos entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la   gracia de un auxilio oportuno.

Todo sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir a favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios, a fin de ofrecer dones y sacrificios por los pecados.  El puede mostrarse indulgente con los que pecan por ignorancia y con los descarriados, porque el mismo está sujeto a la debilidad humana. Por eso debe ofrecer sacrificios, no solamente por los pecados del pueblo, sino también por sus propios pecados.  Y nadie se arroga esta dignidad, si no es llamado por Dios como lo fue Aarón.
Por eso, Cristo no se atribuyó a si mismo la gloria de ser Sumo Sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: “Tu eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.” Como también dice en otro lugar: “Tu eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”.


Continuamos con el salmo:
El Señor es compasivo y misericordioso. R

El Señor es compasivo y
misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
como se levanta el cielo sobre la tierra,  se levanta su bondad sobre sus fieles. R.

Hermanos que Jesús sea
bendito y alabado

Evangelio de nuestro Sr. Jesucristo
según San Marcos
Mc.8, 34 - 9, 1

Entonces Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles".Y les decía: "Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de haber visto que el Reino de Dios ha llegado con poder".

Oraciones de los fieles:
Instruidos por el ejemplo de Jesús, el Señor, que en el desierto se entregaba a la oración,  oremos también nosotros con insistencia a nuestro Dios.
Respondemos a cada petición:
Concédelo Señor

Para que todos los fieles, por medio de la penitencia y prácticas cuaresmales, sean purificados de sus culpas y vean fortalecida su vida cristiana, roguemos al Señor.
Concédelo Señor

Para que todos los pueblos alcancen la paz, la tranquilidad y el bienestar necesario y puedan así, buscar más fácilmente los bienes del cielo, roguemos al Señor.
Concédelo Señor

Para que el Señor conceda su fuerza a los que se ven tentados o se sienten turbados, infunda el deseo de la conversión a los pecadores y otorgue el consuelo divino a los que están tristes o abatidos, roguemos al Señor.
Concédelo Señor

  

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