domingo, 7 de febrero de 2021

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo: Mateo 25, 31-46

SALMO 127 —En el salmo respondemos: ¡Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos! 

¡Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos!
Comerás del trabajo de tus manos, ¡dichoso, tú, que te irá bien! R

Carta del apóstol Pablo a los cristianos de Corinto
1° Cor. 8,8 - 9,2

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8"No es ciertamente la comida lo que nos acercará a Dios. Ni somos menos porque no comamos, ni somos más porque comamos. 9.Pero tened cuidado que esa vuestra libertad no sirva de tropiezo a los débiles. 10.En efecto, si alguien te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un templo de ídolos, ¿no se creerá autorizado por su conciencia, que es débil, a comer de lo sacrificado a los ídolos? 11.Y por tu conocimiento se pierde el débil: ¡el hermano por quien murió Cristo! 12.Y pecando así contra vuestros hermanos, hiriendo su conciencia, que es débil, pecáis contra Cristo. 13.Por tanto, si un alimento causa escándalo a mi hermano, nunca comeré carne para no dar escándalo a mi hermano."
9"¿No soy yo libre? ¿No soy yo apóstol? ¿Acaso no he visto yo a Jesús, Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? 2.Si para otros no soy yo apóstol, para vosotros sí que lo soy; pues ¡vosotros sois el sello de mi apostolado en el Señor!" 

Continuamos con el Salmo. Respondemos: ¡Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos! 

Tu mujer, como una vid fecunda, en la intimidad de tu casa, tus hijos como brotes de olivo en torno a tu mesa. ¡Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos! R. 

HERMANOS QUE JESÚS SEA BENDITO Y ALABADO


       EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO:       
Mateo 25, 31-46 
Resultado de imagen para Mateo 25, 31-46 El Juicio final icono
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los   cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a la izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver". Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?". Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo". Luego dirá a los de la izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus  ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron".  Estos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?". Y él les responderá: "Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo". Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna". 
                                                          ES PALABRA DE DIOS


Oraciones de los fieles
A cada petición contestaremos: “Concédelo SEÑOR”

1. Por los sacerdotes de la Santa Iglesia. Para que sean en el mundo el rostro de la misericordia del Padre. OREMOS

2. Por los que tienen autoridad y poder. Para que, a ejemplo de Cristo, lo ejerzan como un servicio, defendiendo a los pequeños y vulnerables de nuestra sociedad. OREMOS

3. Por quienes no se sienten amados por Dios o viven sin esperanza de ser perdonados. Para que encuentren en nosotros la Puerta abierta y crucen el umbral de la Casa del Padre, y se dejen abrazar por su misericordia que no excluye a nadie. OREMOS

4. Por nuestros difuntos. Para que el Padre de la misericordia los libere de toda culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin. OREMOS

5. Por nosotros y por nuestra Comunidad, para que habiendo experimentado la Divina Misericordia seamos también nosotros misericordiosos con nuestros hermanos. OREMOS





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