viernes, 8 de marzo de 2024

Cuarto Domingo de la Santa Cuaresma


Kondakion
De San Juan: Nos ofreciste tus enseñanzas a los corazones de los que las escuchan con atención, oh bienaventurado sabio.  Estas enseñanzas son como una escala que hace subir de la tierra a la gloria celestial eterna las almas de los que con fe te honran.

Salmo Responsorial
En el Salmo respondemos: El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.
El Señor es mi pastor, nada me falta.

Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo.Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
El Señor es mi pastor, nada me falta.

Epístola:  Carta a los Hebreos
Hebreos 6, 13-20
 Tomen el ejemplo de Abraham, Dios le hizo una promesa que confirmó con juramento y como no había nadie más grande que Dios, juró invocando su propio Nombre.  Cierto que te colmaré de bendiciones y te multiplicaré muchísimo Y con perseverar, Abraham vio realizarse las promesas de Dios.
Los hombres juran por uno mayor que ellos y cuando algo es dudoso, el juramento ponen fin a la discusión.  Por eso Dios quiso demostrar a los que  habían de heredar sus promesas que nunca cambiaría su decisión.  Tenemos, pues, promesa y juramento: dos cosas irrevocables en las que Dios no puede mentir y que nos dan plena seguridad cuando dejamos todo para aferrarnos a nuestra esperanza.  Esta es como un ancla espiritual, segura, firme que se fija más allá de la cortina del Templo, en el santuario mismo.  Allí entró Jesús para abrirnos el camino, Jesús hecho Sumo Sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec.

Continuamos con  el Salmo,  respondemos: El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me falta.

Hermanos que Jesús sea
bendito y alabado

Evangelio de nuestro Sr. Jesucristo según San Marcos
Mc.9. 17-31
Y uno del gentío le respondió: “Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu mudo, que en cualquier momento se apodera de él y lo tira al suelo, y el niño echa espuma por la boca, rechina los dientes y se queda rígido.  Les pedí a tus discípulos que echaran estos espíritus, pero no pudieron.”
El les respondió: “¡Qué generación tan incrédula!,¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes?¿Hasta cuando tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.  Y se lo trajeron.
Apenas vio a Jesús, es espíritu sacudió violentamente al muchacho que, cayendo al suelo, se revolcaba echando espuma por la boca.  Entonces Jesús preguntó al padre:”¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?” Y el le contestó:”Desde niño. Muchas veces el espíritu lo lanza al fuego y al agua para matarlo; por eso, si puedes hacer algo, ayúdanos, ten compasión de nosotros.
Jesús le dijo:”¿Porqué dices si puedes? Todo es posible para el que cree”
Al instante el padre gritó:”Creo!, pero ayuda mi poca fe!”
Y cuando Jesús vio que se amontonaba la gente, ordenó al espíritu malo: “Espíritu sordo y mudo, te mando que salgo y no entres más en él”.  Se oyó un grito tremendo; el espíritu lo sacudió y lo tiró al suelo antes de salir, dejándolo como muerto.
Muchos creyeron que había muerto. Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó y el muchacho se puso de pie.
Cuando entró en casa, sus discípulos le preguntaron en privado:”¿Porqué nosotros no pudimos expulsarlo?”
Y él les respondió:” Esta clase de demonios de ningún modo puede irse mediante la oración.”
Al salir de allí, atravesaron la Galilea sin detenerse. Jesús quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos.  Y les decía: “el Hijo del Hombre, va a ser entregado en manos de los hombres, que le darán muerte; y a los tres días de muerto, resucitará.”

Es Palabra de Dios

Oraciones de los fieles:
Respondemos Señor Ten piedad

Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los que se preparan a recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia y les conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.

Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos, de manera que lleguen al conocimiento de la verdad y en la fe encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor..
Señor, ten piedad.

Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, a los que se sienten tentados y a todos aquellos que con su sufrimiento participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.

Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad

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