viernes, 15 de marzo de 2024

Quinto Domingo de la Santa Cuaresma

SALMO
http://es.slideshare.net/leolegui/salmo-125-3483476 
En el salmo respondemos: El Señor ha estado grande con nosotros , y estamos alegres.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
El Señor ha estado grande con nosotros , y estamos alegres.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros
y estamos alegres.
El Señor ha estado grande con nosotros , y estamos alegres.
 
 
 
 
 

Epístola:  
     Hebreos 9, 11-14
 
Cristo en   cambio, ha  venido  como  Sumo  sacerdote  de los bienes    futuros.   El, a través de  una Morada  más excelente y perfecta que la antigua –no construida por manos humanas, es decir, no de este  mundo creado entró de una vez por todas en el Santuario, no por la sangre de chivos y terneros, sino por su propia sangre, obteniéndonos así una redención eterna.    Porque si la sangre de chivos y  toros  y  la  ceniza  de  ternera,  con  que se rocía a los que están      contaminados por el pecado los santifica obteniéndoles la pureza externa, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente!
Continuamos con el salmo. En el salmo respondemos:

El Señor ha estado grande con  nosotros y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R


Hermanos que Jesús sea
bendito y alabado



 Evangelio de nuestro Sr. Jesucristo según San Marcos
Mc.10. 32-45

El tercer anuncio de la Pasión
Mt. 20. 17-19 Lc. 18. 31-33
32 Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Entonces reunió nuevamente a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: 33 "Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos: 34 ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y tres días después, resucitará".
La petición de Santiago y Juan
Mt. 20. 20-23
35 Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir". 36 Él les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?". 37 Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria".38 Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?". 39 "Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo.  40 En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados".
El carácter servicial de la autoridad
Mt. 20. 24-28 Lc. 22. 24-27
41 Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.
42 Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. 43 Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; 44 y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. 
45 Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".
 Es Palabra de Dios

ORACIONES DE LOS FIELES
Respondemos a cada petición:
Señor, ten piedad.

Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.

Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban, interceda ante el Padre por los pecadores, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad

Para que el Redentor del mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento y la angustia,
se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y paciencia y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad

Para que el Redentor del mundo nos consuele a nosotros, sus siervos, que en estos días nos disponemos a recordar con veneración su cruz y nos reconforte con la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.
  

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